Crìtica Critica Teatral

El último trabajo de Los Cometabrás se las trae por muchas razones. Todo musical del off tiene sus propios desafíos, pero éste le suma ¡contar la llegada de Colón a América!

En primer lugar digamos que el espacio en el que están es muy acogedor pero sumamente pequeño, ¿eso los hace disminuirse? No, señores, por el contrario redoblan la apuesta. Lo que hacen, tanto con la escenografía como con la coreografía, es del orden de los milagros para estar a tono con la época, la de Colón, digo.   El espacio del que disponen hace que dupliquen los recursos con una inventiva a toda prueba. Pasaremos España, palacio, carabela, América, en fin, y en cada lugar un signo, directo o indirecto para construir referencia. Todos los rincones se abren para proponer un sitio más para poner en juego.

Además, como es un musical (extenso y complejo en dramaturgia) hay un cuidado trabajo coreográfico, un inteligente desplazamiento por el espacio.

Hasta títeres, hay. Y un vestuario que sería la envidia de más de uno. Son diez, si no conté mal pero al número de los personajes hay que multiplicarlo por cinco, con una coordinación en las entradas y salidas absolutamente increíble; entendamos lo siguiente: alguien que hace de súcuba y de monja y de varias cosas más en sucesión, para comprender lo complejo de lo que se construye.   

Las canciones son alegres y pegadizas. Y si hay algo que sobra es el humor por todos los costados. Como si fuera poco, una mirada ideológicamente jugada en relación con la “conquista de América”. ¿Se puede pedir algo más?

Monica Berman (Critica Teatral)

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